Suspiros acompasados. Sonidos que se deslizan por la piel y letras que se meten entre las sábanas arropadas por la oscuridad.
Voces susurradas y entrecortadas, interrumpidas por los diálogos mudos de las miradas. Canciones que son caricias, canciones para oír y compartir.
Con este disco aprendí que la sensualidad también tiene sonido.
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